Ferrán López estaba a mil por hora. El base catalán jugó un partido con las emociones a flor de piel. Sólo consiguió 5 de valoración, es cierto, pero también es lo menos importante. Ferrán luchó en defensa, metió 16 puntos, animó al público, dirigió el equipo y sobre todo anotó el triple decisivo para casi-sentenciar el partido. Cuando Andrea Pecile falló el primer tiro libre no podía contener la emoción, y cuando más tarde acabó el partido salió corriendo festejando la primera victoria casera de la temporada. Habían cambiado la dinámica, y eso era lo mejor que podía pasarle a los madrileños. solobasket.com
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