5 oct 2007

Ramos releva a Dueñas como el techo de la ACB



AS.

Peter John Ramos puede ser una de las sensaciones de la temporada. Su físico impacta y ahora debe corroborar en la pista lo apuntado en la preparación. Sólo tiene 22 años y con 19 ya había debutado en la NBA. "En Puerto Rico soy una figura pública y dicen que seré el nuevo Piculín".



Ricardo González


Peter John Ramos mide 2,22 metros, calza un 53 y es el nuevo techo de la Liga ACB tras la retirada de Roberto Dueñas. El fichaje del Alta Gestión Fuenlabrada nació en Puerto Rico hace 22 años, ha disputado unos Juegos Olímpicos y un Mundial con su selección y lleva más de tres temporadas drafteado­ por los Washington Wizards­ (número 32 en 2004). "Llegué pronto a la NBA y el entrenador sólo me decía que era muy joven y no me sacaba", explica Ramos. Apenas seis partidos, luego cayó a la liga de desarrollo y regresó a su país, donde la última campaña promedió 16,2 puntos y 11,2 rebotes en los Criollos de Caguas.
A Ramos, a su madre y a sus hermanos (tres niñas y un niño) su padre les abandonó cuando eran "bien chiquitos". "Nunca se lo perdoné y de ahí que la familia sea tan importante para mí. Yo nunca haría una cosa parecida y por eso me considero un superman para los míos -y muestra con orgullo su tatuaje-. Venir a la ACB, a Fuenlabrada, todo lo hago por ellos, para que no les falta de nada, especialmente a mi mami".
Ama a Puerto Rico, pero se crió en Nueva York. Allí residió desde los 5 años hasta los 14, cuando ya se acercaba a los 2,10. "Un día que andaba de compras con mi madre, un ex jugador me vio en una tienda de Brooklyn y me pidió el teléfono. Avisó al dueño de los Criollos y éste me ofreció un contrato. No había jugado demasiado al baloncesto y con 15 años debuté en la liga de mi país siendo uno de los más jóvenes y el más alto". De aquello han pasado siete temporadas y Ramos es ahora un jugador coordinado para su estatura, fuerte y bien formado, con un destacado tiro de media distancia. Le falta, quizá, rapidez de manos. "En el poco tiempo que llevo aquí he aprendido muchísimo, el coach (Casimiro) es muy bueno. Me gustaría quedarme dos años, aunque me dicen que si sigo así sólo duraré uno porque me querrán en la NBA. No tengo prisa. En Puerto Rico soy una figura pública y están pendientes de mí. Afirman que seré el nuevo Piculín Ortiz". En el Fuenla, Ramos alaba a sus compañeros y no tiene dudas: "Este año iremos al playoff, seguro".


Su vida se lee en 12 tatuajes.


Ramos tiene 12 tatuajes. Uno con el símbolo de superman para proteger a su familia, otro inacabado (La Bestia), una corona con la leyenda El Príncipe Boricua, la bandera de su país, los nombres de sus hermanos y su madre, dos payasos y la palabra soldado en japonés: "en la pista hago lo que me piden".

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